Reforma en Argüello

Una casa noble, fresca y de ladrillo, en el Barrio de Argüello. Una herencia de la abuela. Franco y Luz, los propietarios, necesitaban renovar la vivienda.

Así, algunos muros que se derribaron, para dar lugar a un nuevo espacio bañado de luz natural.

El oficio del artesano fue crucial, ya que supo trabajar detenidamente y, con prolijidad, colocar los nuevos ladrillos en muros y cubiertas. El oficio del herrero también, quien pudo manipular los pesados perfiles de la nueva herrería que le otorga su carácter a la vivienda.

Una galería se abre generosa al Este, para incorporar un pequeño patio existente al interior.

La tarea de renovar espacios representa un compromiso para los arquitectos de plano compartido: revalorizar y potenciar aquello que existe, darle una segunda oportunidad, descartando la pragmática idea de derribar y hacer de nuevo. La tarea del proyecto les permitió encontrar el potencial que siempre existe, aquello que subyace si se toma el tiempo de descubrirlo.

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