Grey House
Grey House es un proyecto de rehabilitación de una cabaña de pastores abandonada en la zona del Valle del Pas, en Cantabria, para convertirla en una vivienda para una familia joven.
En el edificio original la planta baja estaba ocupada por un rebaño de diez vacas lecheras, mientras que la planta superior contenía unas instalaciones mínimas para la vivienda del pastor y un amplio espacio para el almacenamiento de heno. Debido al estricto grado de protección de la construcción original, se hizo evidente que la intervención arquitectónica sería muy comedida.
El proyecto consistió entonces en una sutil reinterpretación, en un proceso cuidadoso pero lúdico de desmontaje y abstracción de las tipologías locales de vivienda, las estrategias de emplazamiento y los detalles constructivos, de creación de algo diferente a partir de la lectura de las condiciones existentes.
La supresión de los aleros, los cambios de escala y el juego de posicionamiento de las aberturas dieron como resultado un edificio monolítico y antropomórfico, una casa pequeña pero imponente.
La geometría de las terrazas y de los pequeños muros de contención ayuda a articular la relación de la estructura con el paisaje y crea varias zonas para la vida al aire libre, apropiadas para los distintos momentos del día.
En la planta baja de la vivienda se maximiza la apertura del espacio habitable. La cocina, los servicios y la escalera están consolidados en un núcleo compacto que recorre la fachada norte.
La planta alta se divide en tres partes iguales, con los dormitorios orientados al sur. No hay desperdicio en esta disposición, que busca producir una sensación de generosidad en los espacios mediante el uso de materiales sólidos y aberturas inusualmente grandes.
Tanto en el interior como en el exterior, la elección de los acabados crea una atmósfera tenue, atemperando la construcción tradicional hacia una condición más contemporánea sin desvirtuar su espíritu.
El uso de pintura gris y morteros de arcilla, junto con la paleta de materiales de piedra, madera y hormigón componen un monocromo que resulta en un edificio reservado y con cambios de aspecto según la luz del día.