Estudio Jan Juc
Jeremy Anderson y Scott Eldridge proyectaron una pequeña casa para sí mismos. Se trata de un lugar que integra espacios de trabajo y de descanso mediante un revestimiento ligero de tablas que garantiza privacidad, sin perder la relación con su entorno, con un jardín abundante en árboles y arbustos. El desarrollo de la vivienda les permitió explorar ideas personales y poner de manifiesto los ideales del estudio: crear una arquitectura sofisticada y sutil que se integre al entorno donde se implanta.
Según Anderson y Eldridge, un aspecto que disfrutaban del sitio era sentarse bajo los eucaliptos con el sol del norte durante el día y el cobijo que les proporcionaban unos toldos, mientras disfrutaban de la brisa marina. Fueron estas sensaciones las que procuraron mantener al construir la casa.
Determinar y perfeccionar las proporciones y el tipo de estructura que se adecuaría mejor al proyecto les llevó varios años. Finalmente, surgió la idea de construir un volumen rectangular con una cubierta a dos aguas que se extiende por debajo de la copa de los árboles.
El uso de madera garantiza la delicadeza del revestimiento, la robustez de la estructura y la durabilidad. Además, genera en los interiores un aroma y un sonido particulares al pisar el suelo, que enriquecen la experiencia sensorial de los habitantes.
La casa fue concebida como un espacio único que puede dividirse en distintos sectores. Un núcleo central integra la zona de servicios y mantiene libre la circulación alrededor del perímetro.
Los límites interiores se desdibujan y se extienden hacia el paisaje; la casa puede abrirse casi por completo y permite ajustar sus pantallas de madera exteriores para ampliar los espacios internos o definir nuevos programas.
A lo largo del día, la ambientación de los sectores cambia por la forma en que la luz natural se refleja, se filtra o se excluye a través de las pantallas. Según los arquitectos, esta decisión proyectual terminó siendo más dramática y variada de lo previsto.
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