Educan
La arquitectura y el mundo del diseño suelen propiciar espacios y objetos pensados para el hábitat humano. Sin embargo, el centro de adiestramiento canino Educan, tal y como destacan sus autores, Enrique Espinosa y Lys Villalba, propone una arquitectura multi-especie; es decir, un edificio que, mediante la combinación de formas, materiales y técnicas constructivas, integra las necesidades de especies no-humanas (perros, gatos, pájaros, etc.). Al mismo tiempo, Educan fue concebido como un ecosistema que se autorregula mediante la convergencia de distintos animales en espacios amplios y reconfigurables, con superficies mullidas, pensadas para patas; además de apoyos cilíndricos para garras, vanos de alturas variables que permiten la libre circulación canina, y mobiliario diseñado a medida: duchas, circuitos deportivos, gradas y nidos para murciélagos y aves. Los edificios permiten alojar usos diversos siempre que se encuentre quién los habite. Pensar espacios habitables desde una perspectiva que, como personas, nos resulta en cierta forma ajena, nos permite abrir y explorar un mundo de posibilidades que enriquecen nuestra práctica.–
Arquitectura multi-especie
Eva, Carlos, las perras Bicho y Bomba, la lechuza Harris, cinco familias de vencejos, seis de cernícalos y veinte gorriones conviven en la escuela Educan, situada a treinta kilómetros al oeste de la ciudad de Madrid. El edificio, ubicado entre campos de cultivo, en un entorno rural que sufrió alteraciones tras décadas de urbanización y agricultura intensiva con pesticidas, procura contribuir a la recuperación de las condiciones ambientales del ecosistema.
El proyecto presenta un diseño multi-especie: por un lado, algunas parejas de perros y humanos practican agility[1] o IPO[2], y por el otro, en las dos aulas principales, las aves habitan las fachadas-nido de la planta superior, con las vistas y orientaciones más idóneas. Las pequeñas aves rapaces se alimentan de roedores y mantienen el equilibrio con cultivos y otras plantas; las aves más pequeñas y los murciélagos de campo, que habitan en las letras de la fachada sur, se alimentan de insectos (incluyendo los mosquitos que portan algunas enfermedades caninas), y forman parte de los ciclos de polinización de flores de los campos adyacentes. Sin planificación, el ecosistema autorregulado ha sumado a los gorriones que anidan en los agujeros circulares de las aristas de los contenedores.
Así, las especies no-humanas son el centro del diseño. Los suelos, por lo general pensados para personas que usan calzado, se adaptan a las almohadillas y articulaciones de las patas caninas. Para ello, las aulas de entrenamiento se cubrieron con césped artificial con base elastómera, homologado para entrenamiento canino, y las aulas teóricas se revistieron con hormigón visto y semipulido de cantos rodados de río.
Asimismo, la altura media de los ojos desciende de 160 a 50 centímetros; los huecos interiores se elevan a alturas superiores a un metro para evitar distracciones perrunas, y las persianas de lamas que sombrean la fachada sur dejan espacio suficiente para favorecer la circulación de perros hacia el exterior, donde se recolecta el agua de lluvia que cae sobre la cubierta en grandes bebederos para perros y aves. Las superficies interiores, revestidas de pirámides aislantes de alta absorción acústica, minimizan el eco de los ladridos, el ruido y la reverberación.
Crossovers materiales e innovación constructiva
Educan es también un experimento que revela que las construcciones agrícolas, generalmente consideradas menores por la propia disciplina, pueden ser lugares de exploración arquitectónica.
Por otra parte, el edificio combina la estandarización industrial con el trabajo de cerrajería artesanal, que permite personalizar encuentros, ensamblajes o nuevos elementos como patas de banco, lámparas y grandes puertas correderas; sistemas de climatización por aire automatizados con elementos de control bioclimático manual, como las contraventanas perforadas o las persianas enrollables; y el peso material de los muros de hormigón con la ligereza del resto de los elementos, ensamblados en seco.—
[1] Modalidad deportiva en la que el entrenador guía a la mascota, sin tocarla, por un circuito de obstáculos. El objetivo es que el animal complete las pruebas con movimientos precisos y en el menor tiempo posible.
[2] I.P.O es el acrónimo del término alemán “Internationale Prüfungs Ordnung”, que en español significa “Régimen internacional de exámenes”. Comúnmente, se conoce al IPO como un tipo de entrenamiento para perros que les permite participar de una serie de pruebas que evalúan sus capacidades, divididas en tres categorías: rastreo, obediencia y protección.
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