Centro de Control y Operaciones

Durante los últimos años, en Colombia se han desarrollado una serie de autopistas que buscan unificar el país, caracterizado por una geografía montañosa y de difícil acceso. La  infraestructura se caracteriza por conectar puertos y ciudades importantes, pasando por regiones poco atendidas por el estado nacional y de gran pobreza. Sin embargo, las comunidades por donde pasan las autopistas no reciben mucha conectividad. Por este motivo, y por iniciativa del Equipo Mazzanti y de la compañía Odinsa, se presentó al estado colombiano un nuevo tipo de infraestructura de comunicaciones y operaciones de las rutas. Por lo general, los Centros de Control y Operaciones CCO solo servían como edificios conectados a las autopistas, y su funcionamiento no presentaba ninguna relación con las comunidades aledañas. La propuesta incluyó multiplicar el uso de los edificios de control y comunicaciones CCO con aulas de capacitación, un centro de acopio de productos, una plaza de mercado para los productos de la región, un cine al aire libre y  canchas deportivas.

El Centro de Control y Operaciones CCO es un centro de servicios de ruta, cuya función es generar un lugar de encuentro para los usuarios de las vías. Fue concebido como un espacio que consta de lugares de recreación, descanso e información turística vinculada a la zona. El proyecto busca tener un alto impacto social a nivel regional, al tiempo que anhela convertirse en un hito urbanístico en la zona.

El proyecto utiliza la tipología de beneficiadoras de secado de café, y se organiza a través de dos cuerpos principales. El primero es una cubierta metálica de bajo costo que ayuda a proteger del sol, pintada de color rojo, como las casas campesinas de la región. El segundo es cuerpo de listones de madera conformado por un volumen elevado del terreno natural por pilotes,  que aloja los restaurantes, las oficinas y  aulas de capacitación.

Bajo el volumen principal se encuentra el resto de las aulas de capacitación, una serie de locales para los productos de la región, espacios de acopio y un  mercado bajo sombra. Se excavó la topografía del lote para aislar las zonas públicas con taludes del tránsito vehicular y sus zonas pendientes para generar pequeños teatros para eventos públicos y cine al aire libre. A lo largo del lote hay canchas deportivas y se plantaron árboles tropicales de gran porte para que crezca un gran bosque. Por último, en el extremo norte se dispuso un vivero en el que se sembrarán árboles de la región destinados a la reforestación.

Se busca resaltar los elementos y materiales más representativos de la arquitectura colonial antioqueña, así como de las diversas tradiciones constructivas de la región. La “caja flotante” que alberga el programa social, destaca el trabajo tradicional de la madera local y evoca la forma del secado de los listones en la región, así como la envolvente de la fachada alude al entramado de la esterilla que se utiliza en las casas coloniales antioqueñas.—

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