Casa Nicaragua
El proyecto se sitúa en el corazón del barrio de Palermo Viejo, en un típico lote porteño de 8,66 metros de ancho. El posicionamiento en el terreno definió dos grandes vacíos: uno cercano a la calle, que funciona como acceso y cuenta con una parrilla y horno de barro; y uno posterior vinculado a la chimenea exterior y al jardín, de carácter contemplativo.
Entre ambos vacíos se desarrolla la planta baja libre, que acentúa las relaciones entre los patios mediante el uso de losas sin vigas y carpinterías de piso a techo. En el interior, el volumen de toilette y la escalera organizan el espacio y determinan la posición del acceso, la cocina y el estar.
Un sistema de escaleras superpuesto ordena la circulación vertical y conduce hacia la planta alta con tres dormitorios, y hacia un subsuelo donde se ubica la cava.
La casa genera una atmósfera cálida a través de una paleta de materiales reducida que se compone de hormigón visto de tablas, madera de peteribí y travertino.
Teniendo en cuenta su orientación, la casa regula el paso de luz solar a los interiores con un sistema motorizado de cortinas exteriores.
En el patio trasero, una serie de esculturas del artista Leo Battistelli complementan el proyecto de paisajismo de Estudio BULLA.
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