Reconversión de una bodega en viviendas
El protagonismo de las columnas originales
Las imponentes columnas originales del viejo almacén de vinos Coop, del barrio de Lysbüchel, en Basilea, narran la historia del edificio de manera sorprendente. Constituyen los elementos más llamativos de la estructura existente y son un punto de partida fundamental del diseño. Para que su efecto perdure a pesar de la pequeña escala del nuevo uso residencial, se han expuesto y escenificado de diversas maneras: en el conjunto de departamentos, que se extiende a lo ancho del edificio, su monumentalidad es una experiencia en sí misma, mientras que en las dos “rues intérieures” (calles interiores), que atraviesan el edificio en sentido longitudinal, aparecen como una secuencia.
La ciudad al interior de la casa
Así las columnas son también el eje de la organización interna de las viviendas: el desarrollo urbano propiamente dicho está determinado por el edificio original, pero a lo largo de las “rues intérieures” se configura una ciudad dentro de cada unidad. Este sistema interno no sólo da acceso a las escaleras, las salas comunes y los lavaderos, sino que da lugar a una variedad de tipologías de departamentos (de 1,5 a 7,5 habitaciones) para diferentes generaciones y estilos de vida. En el entrepiso, la esfera doméstica confluye con la urbana: la calle interior se abre a los vestíbulos transversales e invita a acceder a las unidades a través de escaleras y rampas. Los espacios comerciales y la cafetería están situados a nivel del suelo, en los extremos del edificio, y se dirigen directamente a la ciudad. Las circulaciones concluyen en una sala y en la terraza, ambos espacios comunitarios.
Responsabilidad ecológica
Además de la expresividad de las columnas existentes, determinante para el diseño, la responsabilidad ecológica también motivó el tratamiento respetuoso de la estructura preexistente. En este caso, se ahorró el 42% de la energía gris del edificio gracias al uso continuado de la estructura antigua. El sistema fotovoltaico y la bomba de calor de aguas subterráneas permiten que el edificio sea autosuficiente en dos tercios del consumo total de energía.